Hoy se marcan los 40 días antes de la celebración de mi 40 aniversario de vida. Por alguna razón me siento en espera de este momento por años. Voy a ser cuarentona. Ayer ya comencé preparación. Un cambio de look deseado y necesario.
Quizás no soy la típica cuarentona.
Cuarentona.
¿Es raro que esa palabra me parezca un elogio en vez de un insulto? En el pasado llegar a esta edad en mi situación era un símbolo de frustración, sin embargo, yo siento un orgullo grande por quien soy hasta hoy. Tengo en mi cabeza ese enfoque de la cuarentona de una canción de reaggeton. Hermosa, respetada, que sabe lo que quiere, y ¿por que no? - hasta cierto punto, deseada.
40 es un “milestone”. Una meta a la que se ha llegado entera. Jajaja... Mucha gente celebra los 30. Yo me pasé el día de mi año de aniversario de vida #30 hablando por teléfono - peleando y llorando - con un ser que creí especial en mi vida y que ni siquiera recordó mi cumpleaños. Pidiendo comida china para comer en casa, sola. Frustrada. Triste. Dije que eso NO PASARÍA DE NUEVO JAMÁS. Y así fue. El siguiente año la pasé en un avión, regresando de un exitoso viaje a España. Ese fue el año que conocí Barcelona. También el año en el que decidí terminar mi segunda maestría.
Aunque he padecido de ansiedad desde que tengo uso de razón... nunca he permitido que eso me domine. Me quitará uno que otro día de sueño... pero me desvelo más pensando en cómo superar ese momento y sentirme orgullosa de eso.
Esta futura cuarentona tenía planes de viaje. Soñaba con pasarlo en Tailandia y conmemorar tan importante fecha conociendo Asía. Todo pasa por algo en esta vida. Mr. Covid-19 no me dejó planificar, concretar ni aventurar. Sin embargo, no pienso dejar que la vida y los 40 pasen desapercibidos. Por ahí estoy en planificación. Ya sea conociendo nuevos destinos en casa o fuera, algo estaré logrando que dejará una huella. De eso no tengo duda.
¡Dale cuarentona - que el viaje de la vida te espera!