La diversidá me representa: Te respeto por quien eres y por quien quieras ser.

La diversidá me representa: Te respeto por quien eres y por quien quieras ser.

 

Con lo poquito que he viaja’o, he aprendido de diversidá. Hoy la lengua que llevo mordía por par de días va a gritar un montón de cosas pa’ que la gente entienda el por qué a mi la diversidá me representa.

 

En un lugar en el que llevo días escuchando y leyendo comentarios racistas de parte de los blancos y de los negros, por aquí los del ‘in-between’ quizás tenemos más cordura. Inspirada en un artista/ maquillista que sigo hace poco, y contó la historia de su diversidá, te cuento lo que pasa por mi cabeza a ver si me entiendes sin hacer el ejercicio de juzgarme.

Vivo en un mundo en el que los cristianos me mandan a convertirme porque no voy a la iglesia mientras que los ateos me cuentan que estoy equivocada por ser muy creyente y hablar con Dios a diario.

He vivido que una boricua con estudios en sociología me diga que soy muy blanca y privilegiada para ser discriminada por ser puertorriqueña en los Estados Unidos. ¿O sea que lo que he vivido, mi blanquito ser se lo inventó? Si ves a mis abuelas no entro en tu molde pero más arriba hay negrura y sabrosura y vivo orgullosa de eso. ¿De cuándo acá alguien tiene el poder para delinear el impacto del racismo en tu vida?

Como empleada en los Estados Unidos viví que un jefe de bolsillos millonarios y de sangre judía con acento europeo me dijera que no soy tan preparada como los blanquitos de mi área porque mis estudios eran en español. Comenzó con un “te vi blanquita y no me imaginé que eras hispana hasta que te escuché” y terminó con un “It’s different”… esa fue la excusa. Y aquí la novata en las vainas del racismo se echó a reír con rabia por dentro y no dijo ni ji.

También me tocó vivir que me dieran candela cuando logré a pulmón una posición ejecutiva diciendo que ese rol era mejor para un hombre, y cuando sobrepasé expectativas resulta que el chisme fue que me daban mejor trato por ser mujer. Ajá. Una nunca gana. 

Por un tiempito los boricuas locales no abrazaban mi concepto o mis productos  porque era una boricua que vivía fuera de la isla pero de la misma manera los que estaban fuera de la isla no abrazaban mi concepto porque yo no era local. Así que como dueña de negocio me tocó ganarme la gente a pulso. Nada más y nada menos que siendo honesta y humildemente el revolú que soy yo.

En mi mundo me encantan los hombres pero desde siempre he estado lejos de ser la mujer perfecta porque prefiero estar tan cómoda como uno de ellos. Sin maquillajes, sin tacones y con muchos amigos. Me han llegado a decir que han pensado que prefiero estar con una mujer solo porque me quiero vestir en tenis y con pantalones. ¿Es en serio? ¿Nadie ha visto lesbianas preciosas en tacones y trajecitos?

He vivido que me miren con el rabito del ojo por no ser flaca y no vestirme con la marca de diseñador por que no existe en mi tamaño mientras que me hacen reír algunas expertas “plus” que me cuentan que enfocarme en estar saludable me saca del corillo porque no me amo como soy.

Las mujeres con el pelo lacio me han dicho que mi pelo es malo. Por otro lado, cuando alardeo de mis rizos y le he llamado afro, las del afro se han ofendido porque eso no es lo que yo tengo.

He vivido que los norteamericanos me recalquen que mi acento está marca’o porque soy Latina (con desprecio, claro está) y que un boricua me diga que yo no soy tan boricua porque hablo el inglés sin acento… ¿Ejquiuzmi?

Cuando comencé a viajar fue cuando honestamente entendí que mi diversidá no era un caso para frustración si no una razón para celebrar.

Yo he vivido ser un “happy medium” sin un título o con montones de ellos, así que hace un rato decidí que la diversidá me representa. Ya con quien soy no hay vuelta atrás.

Yo no quiero meterme en tu molde. No está en mis planes.

Me niego.

Muy posiblemente ni la reina blanca ni la reina negra - que tienen montones de otras cualidades y características espectaculares - quieran entrar en tu molde tampoco.

Entiéndelo. No es mejor el que defiende a una tirándole a la otra, no importa de qué color es ni de dónde viene. Si abres la boca a despreciar por raza eres racista. Punto. No importa para qué lado del bando juegues. Lo mismo pasa con género, con tamaño, con todo.

Un ser humano tiene todo el derecho del mundo de tener sus gustos y destacar sus preferencias. Pero NO existe razón para el desprecio a un ser humano por lo que no puede cambiar. A la gente no se le desprecia por ningún motivo, pero mucho menos por resaltar su esencia. El revolú fascinante que es. La maravilla que es. Eso solo se admira.  

La belleza mayor está en la diversidá, que con su pronunciación correcta en español DIVERSIDAD se define como “ABUNDANCIA, GRAN CANTIDAD DE VARIAS COSAS DISTINTAS - VARIEDAD, DESEMEJANZA, DIFERENCIA”.

Así que, ésta la hice pa’ mi. Porque la diversidá es la que me representa y me encanta. Porque no me meto en ningún molde. Y porque me da rabia cuando insisten en meter a alguien ahí.

Disfruta tu vida. Vívete esa diversidá y gózate el revolú que eres tú. 

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